El V Barómetro confirma que el dinero en efectivo continúa siendo un elemento esencial para la ciudadanía española. Más del 80% de las personas encuestadas lo considera un medio de pago necesario y un bien público, y tres de cada cuatro afirman que sigue siendo importante en su día a día. Aunque su uso ha descendido como método de pago más habitual frente a las tarjetas y los monederos digitales, la población valora especialmente su seguridad, accesibilidad, privacidad y su utilidad para controlar el gasto. Además, un 93% defiende que su uso debe seguir garantizado en todos los establecimientos, pese a que solo el 43% conoce esta obligación legal.
Se revela una creciente preocupación por las implicaciones de los pagos digitales: ocho de cada diez personas temen la filtración de datos personales y la falta de privacidad. Aunque más de la mitad ha oído hablar del proyecto de euro digital, predomina la percepción de que aumentará el control institucional y no garantizará la misma privacidad que el efectivo. Por último, el barómetro destaca un refuerzo del valor del efectivo tras eventos como el apagón eléctrico de abril, que llevó al 35% de la población a incrementar la cantidad de dinero disponible en casa.