El informe presenta el marco de las 3C (Combinación, Convergencia y Compounding) como una brújula para navegar la simultaneidad de avances en tecnologías fundamentales (IA, computación omni-cómputo, biología sintética, robótica, materiales avanzados, inteligencia espacial, energías de próxima generación y tecnologías cuánticas).
A través de un análisis cualitativo y cuantitativo —incluyendo una encuesta global a 2.000 altos directivos— identifica 238 subcomponentes tecnológicos que se agrupan en 23 patrones de combinación con aplicaciones consolidadas y disruptivas.
Se describe cómo, en una primera fase de Combinación, se integran tecnologías complementarias en distintos niveles de madurez (desde prototipos de vanguardia hasta infraestructuras estandarizadas), sentando las bases de sinergias imposibles de lograr de forma aislada. En la fase de Convergencia, estas capacidades conjuntas reconfiguran cadenas de valor, abren nuevas fuentes de ingresos y refuerzan modelos de negocio con mayor recurrencia. Finalmente, el Compounding o impactos compuestos acelera la adopción y reduce costes a escala, generando efectos de red y estándares de facto que alimentan el siguiente ciclo de innovación.
Para las organizaciones, este enfoque sistémico ofrece un mapa estratégico: desde identificar los emparejamientos tecnológicos que mejor encajan con sus competencias clave, hasta anticipar cuándo madurarán las combinaciones para ofrecer retornos significativos.