Otra diferencia crítica tiene que ver con la transformación y el pensamiento disruptivo. Tenemos que dominar en qué nos queremos transformar y cómo vamos avanzando. Para ello necesitamos medidas predictivas que nos ayuden a controlar todas las palancas de la transformación. Asimismo, necesitamos revisar nuestro propósito así como disponer de una estrategia y cultura adecuada; unos líderes que quieran liderar la transformación y se impliquen en ella (no sólo que se comprometan y dejen hacer; una implicación directa y constante). Es posible que haya que analizar si nuestro modelo de organización y propuesta de valor siguen siendo válidos o necesitan evolucionar. Finalmente necesitamos estar al tanto de las tecnologías que nos pueden facilitar la transformación y cómo vamos implantándolas. Controlar cómo lo estamos haciendo y qué resultados obtenemos es el broche final si queremos realmente gestionar la marcha de la transformación de nuestra organización.
En resumen: vigilancia estratégica del ecosistema, atención a la cultura real y gestión continua de la transformación.
¿Qué consejos les daría a aquellas organizaciones del sector sanitario que van a empezar a trabajar con el Modelo EFQM? ¿Cómo han de prepararse?
Primero les aconsejaría que dejasen ya mismo de pensar en el modelo antiguo. Desaprenderlo y aprender el nuevo… y, además, sin pausa. No significa que nos olvidemos de lo anterior sino que hagamos la transición de uno a otro sin solución de continuidad y dejemos ya de pensar en el antiguo.
El nuevo es más sistémico y nos puede ayudar a preparar a nuestra organización para el futuro y es el que tenemos que utilizar a partir de ahora. No hay que mirar atrás. El futuro ya nos ha superado y tenemos que pensar en la cantidad de ideas transformadoras que se han incorporado al nuevo modelo fruto de la evolución en la gestión.
¿Qué le ha parecido la experiencia de evaluación online? ¿Qué consejos darías a otros compañer@s evaluadores asesores que vayan a realizar una evaluación online por primera vez?
Como dije antes, desaprender el sistema antiguo y aprender el nuevo. Tiene muchas ventajas y los inconvenientes hay que aprender a solventarlos. Hay buenas prácticas ya con las evaluaciones realizadas y seguiremos aprendiendo con la ayuda del Club Excelencia en Gestión.
La preparación previa es mucho más rigurosa y se va más al grano. Creo que las evaluaciones virtuales son mucho mejores para organizaciones en niveles intermedio y medio en cuanto a puntos EFQM (hasta los 500 excluído). Para organizaciones muy maduras diria que la mejor evaluación sería componer un sistema híbrido en el cual el evaluador coordinador pudiese, por ejemplo, visitar la organización y sentirla -a ella y a sus personas-, logrando también profundizar y ver los sistemas en acción.