Fernando Riaño, Director de RSC, Comunicación y Relaciones Institucionales en Ilunion, Vicepresidente del Club Excelencia en Gestión, Presidente de la Junta Directiva de Forética y Presidente de Servimedia, ha sido incluido en el ranking de los 100 jóvenes líderes del futuro por el Instituto Choiseul. En esta entrevista podemos conocer algunas de sus opiniones sobre la gestión en este momento.
Madrid, junio 2018
¿Cuál es tu opinión sobre las habilidades o rasgos imprescindibles para ser un líder en este momento?
Hablaría de competencias y habilidades. También hablaría, en este y en otros momentos, de necesidad de agilidad y adaptabilidad, trabajar este concepto. Todo lo que tiene que ver con la colaboración y el liderazgo o el liderazgo para la colaboración que, a su vez, tiene que ver con la cooperación de los equipos y esas habilidades para trabajar en equipo, desde la perspectiva de la colaboración y el liderazgo. Y también la convicción para no dejar de formarse en tener habilidades para la innovación.
Hablaría de la inteligencia emocional o de la educación de las emociones. Y todo esto lo englobaría en una habilidad o en una competencia que es muy sencilla de verbalizar: la actitud. Creo que, más que nunca, el concepto de liderazgo y del buen líder va de la mano del concepto liderazgo socialmente responsable. El liderazgo será socialmente responsable o no será liderazgo.
Y en el plano personal, un líder hoy debe gestionar su trabajo con los equipos y las personas siguiendo las tres “h” de Manfred Ket de Vries: sentido de la humildad, sentido de la humanidad y sentido del humor.
¿Hasta qué punto se ha avanzado en responsabilidad social corporativa en las empresas españolas?
Creo que se ha avanzado mucho en los últimos años en la responsabilidad social corporativa desde la convicción. Quizás hace 20 o 25 años, en España, se hablaba de responsabilidad corporativa desde la intuición o desde lo que hacían otros o desde lo que se hacía en otros entornos, en otros países, en otras culturas organizacionales, en otras empresas… Pero creo que se ha avanzado mucho, especialmente, en los últimos 10-15 años. Si miramos hacia atrás los avances son muy positivos en términos de reporting, de evolución de la normativa española y también de cultura en torno a la responsabilidad corporativa como un elemento transversal a las organizaciones. Pero si miramos hacia adelante y a otros países que están trabajando en esto muchos años y llevan pasos dados en este campo, vemos que tenemos más que oportunidades de mejora, que también, grandes retos como empresas y como organización.
¿Las tareas que quedan pendientes?
La tarea que queda pendiente es abordar la responsabilidad social corporativa como algo transversal a cualquier organización, que toca a todas las áreas de la empresa, que tiene que ver con cada actividad de la empresa y que es un elemento de aportación de valor, de diferenciación y rentable en el medio y en el largo plazo.
¿La innovación social es el cambio más adecuado para que las empresas encuentren, además, la competitividad en este campo?
La innovación social es una de las facetas más importantes del ámbito de la innovación. Tiene que ver también con la evolución del propio concepto de responsabilidad social corporativa. Creo que la responsabilidad social corporativa de hoy o de ayer va a ser la innovación social corporativa del mañana dentro de las organizaciones. Ya lo está empezando a ser. Considero que la responsabilidad social esuna vía para llegar hacia la innovación social y la innovación social es una de las manifestaciones o uno de los impactos que tiene trabajar en la innovación. Creo que el pensar en innovación social es una fórmula adecuada para cualquier organización.
¿La transformación digital influye en el buen gobierno en las organizaciones?
Debería influir y no debería ser un elemento de desgobierno. Las grandes historias en torno a las consecuencias negativas de una crisis o de una mala gestión tienen que ver con casos de entender mal o no adaptar adecuadamente el gobierno corporativo o la gobernanza dentro de una organización, también en las empresas. Y esto tiene un impacto y está claramente conectado con todos los procesos de transformación digital, es decir, en todos los procesos de transformación, de cambio, no se debe descuidar la gobernanza o el gobierno corporativo. Dicho de otro modo, el gobierno corporativo debería estar presente en cada una de las decisiones que se van tomando dentro de la empresa.
¿Crees que en este ámbito de la transformación digital hace falta algún tipo de regulación, nuevas regulaciones…?
Ya tenemos. Hay regulación, hay normativa. Lo que hace falta es, como en tantos otros campos como puede ser en el ámbito de la responsabilidad social o de la discapacidad en particular, que la norma se aplique, se cumpla, se vele por ese cumplimiento y que todos juguemos con las mismas normas y las mismas reglas. Hay normativa, hay un regulador también y eso es garantía de que las cosas deben funcionar; otra cosa es que, en ocasiones, no funcionen por el incumplimiento normativo. Pero con los últimos cambios normativos, la nueva normativa en torno a la gestión de los datos, reglamento, etc, tanto en España como a nivel Europeo hemos tenido casos de los que aprender qué no debemos hacer. Con lo cual el papel del regulador y de la normativa es importante.
La responsabilidad social corporativa forma parte y es un elemento de la excelencia de las organizaciones. A la hora de evaluar el desempeño de una organización en términos de excelencia uno de los elementos críticos, de mayor peso y más transversales es la responsabilidad social.