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1. Agilidad y adaptabilidad: Dos características esenciales para mantener la competitividad y la relevancia en un entorno de cambio constante. Y que deben estar unidas a una cultura flexible y fluida, que mire hacia el desarrollo y aprendizaje continuos.
2. Análisis de datos: Las organizaciones deben recopilar, analizar y procesar grandes cantidades de datos de buena calidad, que arrojen información útil para la toma de decisiones. Y para ello hay que utilizar herramientas que nos ayuden a identificar patrones, tendencias y predicciones que sirvan para tomar decisiones más acertadas.
3. Uso de tecnologías emergentes: Aquellas que aún no se han generalizado en el mercado, pero que aportan mejoras en el día a día de una organización. Y que van a tener un impacto positivo en el futuro, como la inteligencia artificial, la realidad virtual aumentada, los robots sociales, la nanotecnología o el uso de bioplásticos para mejorar la economía circular.
4. Innovación en los modelos de negocio: Ha de servir para reconfigurar progresivamente la actividad de la organización, teniendo muy en cuenta los cambios continuos en el entorno social y regulatorio. La idea es crear nuevas formas de generar valor, tanto para los grupos de interés como para la propia organización, y diferenciarse.
5. Innovación abierta: Una estrategia que busca obtener conocimientos y recursos externos con el fin de generar nuevas ideas y desarrollarlas. Son modelos enfocados a colaborar con grupos de interés externos que ayuden a impulsar productos, servicios y/o soluciones innovadoras.

Estas reflexiones están muy presentes en el Modelo EFQM, una herramienta eficaz para enfocar procesos de transformación en todo tipo de organizaciones. Si buscas nuevas fórmulas para fomentar una gestión a largo plazo excelente, innovadora y sostenible, desde el Club Excelencia en Gestión podemos ayudarte. Para más información, ponte en contacto con nosotros.