La Directora de Desarrollo de Servicios del Club Excelencia en Gestión, Susana Fábregas, ha ofrecido una charla informativa sobre el nuevo Modelo EFQM 2020 ante los evaluadores de la Fundación Navarra para la Excelencia. Su objetivo final ha sido el de dar a conocer las bases sobre las que se asienta este transformado Modelo que estará disponible a partir del 24 de octubre.
Entre las pautas que caracterizan al Modelo que llega y que expuso Fábregas durante su exposición está su lenguaje sencillo, universal, enfocado a la gestión. Un punto determinante para ser más accesible a las pymes. “Es un marco de referencia para trabajar hoy pensando en el futuro que incluye la excelencia en la gestión”, aseguró la portavoz del Club Excelencia en Gestión durante su intervención.
El Modelo EFQM 2020 quiere ser una herramienta útil en la implementación de estrategias digitales y hacer más fácil el trabajo a los gestores, poniendo en sus manos fórmulas intuitivas para medir y evaluar la evolución de sus organizaciones. Siempre con el fin de encauzarlas hacia una vía de trabajo innovadora, transformadora y sostenible que mejore su competitividad. “El Modelo EFQM deja de ser solo un modelo de excelencia para convertirse, también, en un modelo de transformación”, concretó Fábregas.
Durante la charla se debatió sobre nueve Megatendencias que ya están muy presentes en el día a día de empresas y entidades:
- Gestión de la diversidad demográfica
- Sistemas de auto-organización y autogestión
- Automatización y demanda de capacidades diferentes
- Disrupción digital e incremento del uso de la tecnología
- Economía compartida
- Escasez de recursos
- Incremento de la regulación
- Incertidumbre geopolítica y situación en la economía global
- Incremento de las crisis ambientales
Por otra parte, se pusieron en común las claves para garantizar el éxito de una evaluación EFQM que, entre otras cosas, debe aportar valor a la organización implicada. ¿Cómo? Inspirándola y motivándola para mejorar en su día a día; y creando una experiencia de aprendizaje entre todos sus gestores y empleados que fomente la adaptación al cambio. Pero, sobre todo, entregando un informe final preciso e imparcial que ayude a la organización evaluada a moverse en un entorno VUCA. En él deben constar los puntos fuertes y buenas prácticas de la organización y también las oportunidades de mejora en línea con su estrategia.
“El equipo evaluador debe repartir responsabilidades de manera equilibrada, combinando conocimientos y experiencia. Y el líder de cada equipo ha de ser consecuente con la gestión de cada proyecto de evaluación, logrando los hitos y resultados previstos. De la misma forma que ha de buscar el consenso entre los miembros de su equipo y facilitar su participación plena. Y, por supuesto, gestionar las relaciones entre el organismo evaluado y el Club Excelencia en Gestión”, finaliza Fábregas.