La importancia de la innovación en la estrategia de una organización a través de la tecnología
Existe una relación directa entre la innovación y la resolución de desafíos tecnológicos a los que se enfrentan las organizaciones. La digitalización ha supuesto, en la última década, un proceso irreversible en el que el mundo físico y el mundo virtual se han hibridado y ya no se van a separar nunca más. Esta digitalización viene impulsada por distintos vectores tecnológicos: la robótica, los drones, la ciberseguridad, la fabricación aditiva, las realidades virtual y aumentada, la nube, los sistemas ciberfísicos. La adopción de estas tecnologías determinará la eficiencia y la eficacia con la que se resuelven los desafíos tecnológicos.
Además, las organizaciones deben observar la tecnología conforme a las directrices que la propia Comisión Europea enunció a principios de 2021 y que consideran que la tecnología sólo tiene sentido si cumple con tres condiciones: en primer lugar, que la consideración hacia las personas esté en el centro de los procesos productivos en cuanto a relevancia, en segundo lugar, que cualquier desarrollo tecnológico conlleve la consideración de criterios de circularidad y sostenibilidad y, finalmente, que los modelos productivos y de negocios que se desarrollen sean resilientes, es decir, con una elevada capacidad de adaptación frente a cambios de entorno significativos.
Las organizaciones, ni deben adoptar a máximos todos los vectores tecnológicos mencionados, ni deben menospreciar ninguno de ellos. Pertenecer a un sector determinado o encontrarse en un entorno definido, no supone tener asignado un vector tecnológico. La adopción tecnológica debe hacerse inteligentemente, aprovechando el potencial de aquellas tecnologías que más convienen a la organización. Las reglas de juego (mercados, competidores, regulaciones, coyuntura) cambian a mayor velocidad e imprevisión que nunca. Los retos tecnológicos se resuelven más y mejor en la medida en que la innovación tecnológica forma parte de la estrategia de las organizaciones, por consiguiente, conviene tener en cuenta que:
- La tecnología afecta a todos los ámbitos de la organización ya que todos forman parte, directa o indirectamente, de su estrategia.
- La digitalización (de procesos, de operaciones, de parámetros, de flujos) por sí misma no resuelve los retos tecnológicos de una organización, necesita estar integrada en la estrategia.
- El contexto requiere que las organizaciones puedan ofrecer respuestas rápidas a cambios rápidos: puestos de trabajo, cadenas de suministro, competidores, ciberseguridad, adopción de tecnologías.
Con estas premisas, la innovación dentro de las organizaciones sigue siendo determinante a nivel estratégico, va de la mano de la adopción eficaz y eficiente de nuevas tecnologías digitales y, por encima de todo, es el contexto protector de las personas que con su contribución continua contribuyen a la adaptación de la organización a los cambios de contexto. Estos cambios no consisten ni consistirán en adquirir tecnología o cambiar correos electrónicos por entornos colaborativos. Estos cambios consisten y consistirán en entender qué esperan y necesitan los clientes y cómo cada miembro de la organización contribuye a crear ese valor y esto se realizará aprovechando las oportunidades que la tecnología ofrece y considerando el impacto en el medio ambiente y en la sociedad.