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Cuando en los noventa del siglo pasado empezamos a trabajar con sistemas de calidad (ISO), la experiencia fue inicialmente traumática, pues muy pocos pensaban que aquellas normas pudieran “mirar” a una institución educativa como si se tratara de una fábrica de tornillos o de automóviles, aunque nuestra realidad fue que se produjo un electroshock en la organización, que era el objetivo que perseguíamos: darnos cuenta de que era necesario un cambio radical en nuestra manera de entender y trabajar la educación.
Hace unos días Miguel Ángel Pérez Laguna y un servidor hemos tenido la suerte de participar en el Foro Anual del Club Excelencia en Gestión.
Ha sido una experiencia interesante porque hemos comprobado, una vez más, que la pandemia no nos va a parar. Lo que el año pasado fue un evento presencial, en esta ocasión se ha convertido en un híbrido con profesionales en la sede del Club y otros en sus diferentes localizaciones, vía telemática.
Este año 2020 viene marcado para nosotros en el Club Excelencia en Gestión por dos eventos muy singulares. Uno muy específico nuestro: el lanzamiento del Modelo EFQM (versión 2020). Otro muy global: la pandemia de la COVID-19.
“Dejar ir y dejar venir” son las premisas de las personas y de las organizaciones para poder abrazar lo nuevo y liderar desde el futuro emergente. Y en ese proceso de cambio y transformación que viene acelerado por las circunstancias actuales tenemos que ir a lo más profundo de nuestra identidad y de nuestro propósito para poder conectar con lo nuevo, con lo emergente abriendo nuestra mente, nuestra voluntad y nuestro corazón para poder entrar preparados en ese futuro que ya está aquí.
Por sus condicionantes geográficos (altitud, sol y fuertes lluvias) e históricos (preponderancia de la ganadería y 70% de la tierra en manos de la Iglesia y la nobleza), nuestro país cultiva principalmente el olivo (primer productor mundial de aceitunas), el caqui (segundo, tras China), la almendra (2º, tras EE UU), la avena (tercero, tras Rusia y Canadá) y la alcachofa (3º, tras Italia y Egipto), la vid (cuarto, tras China, Italia y Estados Unidos), el ají o guindilla (cuarto), la cebada (quinto), la naranja, la fresa y el albaricoque (sexto), el limón (séptimo) el centeno (8º) y el tomate
El compromiso del líder siempre es con el futuro de la compañía. Ayudar a las personas para mejorar su rendimiento y crear entornos competitivos orientados a los clientes. A estos mandatorios básicos, generalmente se han ido asociando nuevos enfoques, nuevas ideas a nuevos modelos de gestión.