El informe analiza los incendios forestales como un fenómeno natural y social, cada vez más complejo en el contexto del cambio climático y del abandono rural. Explica su origen, tipos y características, así como los impactos ambientales, sociales y económicos que generan, desde la pérdida de biodiversidad y suelos hasta los riesgos para la salud y las infraestructuras. Aunque el fuego cumple un papel ecológico en muchos ecosistemas, la alteración de sus regímenes naturales ha incrementado la frecuencia e intensidad de los grandes incendios, generando escenarios de riesgo extremo. Se destaca que la supresión total del fuego no es viable ni sostenible, y que la clave está en aprender a convivir con él mediante la gestión preventiva, la autoprotección ciudadana y el uso controlado del fuego como herramienta.
Para ello, se propone un enfoque de gestión integral e integrada del fuego, que abarque acciones antes, durante y después de los incendios: desde la reducción del combustible vegetal, las quemas prescritas y el pastoreo, hasta la restauración de ecosistemas y la protección de comunidades en la interfaz urbano-forestal.
 
 