Este informe analiza el papel de la sostenibilidad en las compañías y concluye que, pese a cierta incertidumbre sobre la estructura y el contenido de los reportes regulatorios, no hay dudas respecto a la continuidad y exigencia de los compromisos europeos en materia climática, circularidad y biodiversidad. Los distintos grupos de interés —reguladores, analistas, inversores, clientes y sociedad— mantienen sus expectativas y presionan a las empresas para demostrar avances reales. La sostenibilidad deja de ser solo un requisito de cumplimiento para convertirse en un elemento estratégico de diálogo, competitividad y gestión.
Asimismo, el documento subraya que la sostenibilidad aporta claras motivaciones empresariales: refuerza la resiliencia frente a riesgos climáticos y regulatorios, genera oportunidades en economía circular, biodiversidad e innovación tecnológica, y aumenta la confianza de los grupos de interés. La integración de criterios ESG en la estrategia y la cadena de valor no solo responde a la regulación, sino que también se traduce en eficiencia, ventajas competitivas y crecimiento de mercado.