Este documento analiza el impacto de los cambios sociales que afectan a la juventud española y cómo estos desafíos repercuten en la economía, el empleo y la sostenibilidad social del país.
Se parte de una constatación clave: el envejecimiento acelerado de la población, la baja natalidad, las dificultades de acceso a la vivienda, la precariedad laboral y las carencias del sistema educativo están reduciendo las oportunidades reales de los jóvenes y comprometiendo la justicia intergeneracional.
Se expone también cómo esta situación repercute directamente en la competitividad del tejido empresarial, al dificultar la atracción y retención del talento joven. A pesar del avance en formación universitaria, persisten brechas en competencias básicas y en empleabilidad. Además, se alerta sobre el riesgo de una nueva fuga de talento si no se abordan políticas estructurales que fomenten un entorno laboral y vital más estable para los jóvenes.