El artículo reflexiona sobre la evolución del concepto de liderazgo y propone un modelo humanista organizacional, sustentado en el Método Empírico Generalizado de Bernard Lonergan y el modelo socio-constructivista de Lev Vygotsky.
Este enfoque entiende el liderazgo no como un conjunto de rasgos externos o recetas, sino como un proceso que parte del autoconocimiento, la autoconciencia y la responsabilidad del sujeto humano en interacción con su comunidad. El liderazgo humanista busca integrar experiencia, inteligencia, reflexión, responsabilidad y afectividad, entendiendo que la toma de decisiones debe basarse en valores y en el reconocimiento de la dignidad de cada persona.
Desde una perspectiva educativa, se plantea que el liderazgo humanista requiere comunidades de referencia y aprendizaje donde el conocimiento se construya de manera colectiva. La propuesta enfatiza la importancia de la empatía, la autoconciencia y el trabajo colaborativo para formar líderes capaces de guiar procesos en contextos complejos y cambiantes.