Claves del entorno económico actual
Si hablar de economía es hacerlo de incertidumbre, pocas veces los directivos empresariales deben tomar decisiones en un contexto tan intensamente cambiante e incierto como ahora.
A corto plazo, una inflación resucitada con intensidad después de quince años oculta bajo montañas de liquidez y más duradera de lo previsto, está marcando el panorama. El IPC de la eurozona ha superado el 9%, siendo los precios de la energía y de los alimentos responsables de más del 50% de la subida, como consecuencia de la guerra de Ucrania y el chantaje de Putin a Europa.
El primer efecto se está notando ya en la pérdida de poder adquisitivo de los salarios – la OCDE calcula que en España está superando el 4%- lo que anticipa una desaceleración del consumo privado que está detrás de todas las revisiones a la baja del crecimiento del PIB que se están haciendo, sobre todo para 2023, sin descartar algún trimestre en negativo todavía en este año.
La fuerte subida de costes en sectores productivos muy dependientes de la energía - sobre todo, eléctrica, por el peculiar sistema del mercado eléctrico europeo- está comprimiendo márgenes e, incluso, frenando producción para evitar entrar en pérdidas, al no poder trasladar a precio el fuerte aumento de costes experimentado.
Por último, la respuesta del BCE está siendo una apreciable subida de tipos de interés, un regreso acelerado a la “normalidad monetaria”, que va a agudizar los dos fenómenos anteriores agravando la caída del consumo y de la inversión.
A medio plazo, tres vectores están marcando la nueva realidad de la economía mundial: la desglobalización, la lucha contra el cambio climático y el salto a la Inteligencia Artificial y la economía de los datos.
La confrontación de Occidente con Rusia y el incremento de tensiones con China, incluso bélicas entorno a Taiwán, ha puesto fin al largo ciclo de globalización de la economía que empezó en 2001 con el ingreso de China en la OMC. Y pone de relieve una debilidad estratégica ya detectada con la pandemia: tener cadenas de valor añadido tan extensas por todo el mundo, debilita la posición estratégica de las empresas y los países occidentales. Lo vemos, por ejemplo, con la crisis de los microchips o cuando se cierra el puerto de Shanghái (principal puerto comercial mundial) por la política china de COVID cero.
Reestructurar las cadenas productivas, recuperar para occidente algunas producciones estratégicas y prepararnos para incrementar el nivel de autoabastecimiento en productos clave, como la energía, es una tarea del momento actual que no teníamos hace una década. Las alianzas económicas y comerciales van a buscar más la seguridad geoestratégica en un nuevo mundo de bloques, que el bajo coste. Y esto cambiará las políticas comerciales de muchas empresas de referencia.
Aunque parece que la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania ha traído aparejado un parón en los objetivos de lucha contra el cambio climático recuperando el gas e incluso el carbón, solo podemos aceptarlo como algo desgraciado y transitorio. Se acumulan las evidencias sobre los graves efectos de la crisis climática, así como los grandes costes de no combatirlo. La sostenibilidad, en su versión ESG, sigue siendo una prioridad para empresas y países, porque no podemos pensar en ser eficientes, rentables y prósperos en sociedades desestructuradas por los efectos de la desigualdad o el cambio climático.
Para ello, deberemos encontrar un aliado importante en las tecnologías asociadas a la Inteligencia Artificial, la economía de los datos y los algoritmos. Un objetivo de sociedad que va mucho más allá de las cuentas de resultados de las empresas tecnológicas por lo que necesitaremos una regulación como la que se está aplicando en la Unión Europea a partir de la consideración de los datos personales como un bien común, que debe ser compatible con el derecho a la privacidad de los individuos.
Como ven, no parece que vayamos a aburrirnos en los próximos años, en los que hay tanto en juego que depende de lo que hagamos desde ya. “Creciendo ante la adversidad” es el lema de la XXIX edición del Foro Anual del Club Excelencia en Gestión en el que participaré y reflexionaré sobre estas claves y más. Nos vemos el 19 de octubre.