Este documento analiza cómo la adopción de la inteligencia artificial generativa no solo implica implementar una nueva tecnología, sino transformar profundamente la forma en que las organizaciones trabajan. Aunque dos tercios de las empresas ya utilizan estas herramientas, muchas aún no logran extraer un valor real. Para conseguirlo, se plantea que los líderes deben guiar el cambio a través de un enfoque de gestión distinto, en el que los empleados pasen de ser simples usuarios a convertirse en cocreadores de soluciones y agentes activos de transformación.
En este contexto, se proponen cinco pasos clave para gestionar este proceso: definir una “estrella polar” que oriente la estrategia más allá de la herramienta; generar confianza mediante datos accesibles y una sólida gobernanza; rediseñar flujos de trabajo para integrar equipos humanos y agentes de IA; repensar estructuras organizativas con modelos híbridos o altamente automatizados; y empoderar a los empleados para que aprendan y actúen como embajadores del cambio. Todo ello busca crear organizaciones en las que la IA se convierta en un colaborador invisible pero esencial, liberando a las personas de tareas rutinarias y potenciando su capacidad de generar valor estratégico.