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Hoy en día cualquier organización que trabaje en la mejora de su sistema de gestión en base al Modelo EFQM y las prácticas que éste describe sobre las organizaciones sobresalientes, está viviendo una verdadera “transformación”.
Si hablar de economía es hacerlo de incertidumbre, pocas veces los directivos empresariales deben tomar decisiones en un contexto tan intensamente cambiante e incierto como ahora.
A corto plazo, una inflación resucitada con intensidad después de quince años oculta bajo montañas de liquidez y más duradera de lo previsto, está marcando el panorama. El IPC de la eurozona ha superado el 9%, siendo los precios de la energía y de los alimentos responsables de más del 50% de la subida, como consecuencia de la guerra de Ucrania y el chantaje de Putin a Europa.
¡Estamos de enhorabuena! El pasado 28 de septiembre tuvo lugar la ceremonia de los Premios Anuales de Gestión del Club Excelencia en Gestión, en donde tuvimos la oportunidad de premiar y visibilizar los éxitos y trayectorias de varias organizaciones que han entendido que la mejora continua, la excelencia, la innovación y la sostenibilidad son el motor y la palanca de cambio para su transformación.
Afronto esta etapa al frente del Club Excelencia en Gestión con gran ilusión y enorme responsabilidad. Una institución que representa un valor, el de la calidad, en el que creo firmemente como empresario y como persona. Aunque no será fácil ya que nos movemos en terrenos de alta incertidumbre como demuestra el lema elegido para nuestro XXIX Foro Anual de octubre, ‘Creciendo ante la adversidad’.
Las universidades tienen la misión de mejorar permanentemente la sociedad a través del traspaso de conocimiento, formando y capacitando a los profesionales del mañana. Su misión debe ir alineada al mercado laboral, respondiendo así a sus necesidades formativas. Sin embargo, y cada vez más, el mercado laboral reclama una serie de competencias homologadas y certificadas por entidades de reconocido prestigio que van más allá de los diplomas otorgados por las universidades.
Durante años hemos asistido a un bombardeo por tierra, mar y aire sobre los beneficios de la globalización. Ahora ha empezado el bombardeo desde el otro lado, el de la desglobalización.