Pasar al contenido principal

Del Sistema-Aplicación al Sistema-Empresa. El Nuevo Paradigma de Madurez Digital

Alfonso Díez CEO y fundador de UGROUND GLOBAL

El factor más limitativo en la evolución de las empresas hoy en día es la digitalización de los procesos de negocio. Tenemos acceso a capital, mercados, tecnologías y talento en abundancia, pero sin un nivel de madurez digital adecuado la empresa no puede crecer ni competir adecuadamente. El criterio de qué es un nivel suficiente de madurez digital y su importancia no es siempre evidente, y eso es lo que pretendo desarrollar aquí. 

En general las empresas están, digitalmente hablando, en una situación de conflicto. Por un lado tenemos muchas aplicaciones verticales, que ciertamente resuelven funciones concretas pero que están desintegradas y son rígidas y difíciles de cambiar. Los famosos silos verticales son la mayor parte de nuestra tecnología. Por contra, la dinámica organizativa se ha transformado; ahora gestionamos procesos transversales, rápidos y cambiantes. En otras palabras, tenemos tecnologías rígidas y fragmentadas sirviendo a procesos transversales muy fluidos. Esto genera con frecuencia fricción en la organización, y muchas veces la tecnología se convierte en un freno a la competitividad y el cambio. 

Pensar en madurez digital hoy en día significa trascender del concepto de sistema-aplicación convencional (los silos), y diseñar estructuras transversales que integran toda la cadena de valor y todas las tecnologías verticales. Este salto evolutivo es imprescindible para crear una realidad nueva: el sistema-empresa, que nos permite aproximar los procesos de la empresa desde una visión mucho más rica. Veamos por qué: 

Automatización. Automatizar es imprescindible para integrar sistemas y eliminar tareas no productivas, pero sólo pensar en robótica (RPA) no es suficiente, hay que extender la mirada, como vemos a continuación. 

Integración. Integrar la cadena de valor es mucho más que pasar datos de un sistema a otro a través de RPA. El modelo de integración transversal impone muchas reglas de negocio que hay que gestionar activamente: qué eventos ocurren, qué importancia y prioridad tienen, quiénes son los implicados, qué acciones hay que coordinar entre tecnologías y personas, qué es una excepción y cómo se maneja, por poner algunos ejemplos.  

Implicados. Siempre pensamos en los usuarios internos de la empresa (los empleados), pero en nuestra cadena de valor también entran proveedores, subcontratistas, clientes, administraciones, reguladores y organizaciones sectoriales, entre otros. Nuestra visión digital debe ser la de integrar a todos los implicados en los procesos del sistema-empresa, no en ofrecer "portales web" solo como servicios puntuales. Para ello, tenemos que diseñar procesos y tecnología incluyendo a todos los implicados, no solo los internos. 

Variabilidad. Una de las características más relevantes de los tiempos modernos es la variabilidad de las operaciones: cada vez trabajamos menos en serie y más con productos, servicios y canales muy personalizados. Por ejemplo, Ford ofrece hoy 13 modelos distintos con más de 500 alternativas de configuración diferentes. Este aumento de variabilidad (o entropía en las operaciones) es un generador de disfunciones importantes en procesos clave de ventas, aprovisionamiento, planificación, producción, etc. La digitalización de procesos es un reductor de complejidad, de forma que podemos diversificar más, manteniendo al mismo tiempo la resiliencia y eficiencia internas. 

Inteligencia Artificial Embebida. La IA se está convirtiendo en una revolución en la gestión que no podemos ignorar. Tenemos que desarrollar una visión extensa de la IA: ir más allá de la automatización (los bots y los copilots) e incorporar agentes IA autónomos a lo largo de toda la cadena de valor. 

Soporte integral a la Toma de Decisiones. Estamos progresando de una orientación que va desde los datos crudos hacia la relevancia y el propósito de éstos, es decir, los datos en su contexto funcional y de uso. Esto nos lleva a nuevos tipos de interfaces humanas, mucho más ricas en presentación y en ayuda a la toma de decisiones, en todos los niveles de la empresa, desde los administrativos a los directivos.  

En definitiva, tenemos un conjunto de retos para abordar un cambio profundo del concepto de digitalización de la empresa. Necesitamos nuevas herramientas para una economía cada vez más compleja y sofisticada. Este concepto de sistema-empresa que hemos bosquejado encuentra su expresión práctica en el emergente marco de los Gemelos Digitales para Organizaciones, un enfoque nuevo con un altísimo potencial de transformación para generar eficiencia, innovación y competitividad en todo el tejido empresarial.  

 

innovación
inteligencia artificial
sostenibilidad
empresa
automatización
Genérico
Innovación
Sostenibilidad
Gran empresa
Micro-pyme
Pyme