La Inteligencia Artificial (IA) emerge como una de las transformaciones más significativas de nuestra era, con potencial para abordar complejos desafíos contemporáneos. Su rápido desarrollo promete impulsar cambios económicos y sociales profundos, aumentando la productividad y afectando a múltiples sectores. Sin embargo, junto a sus beneficios, surgen interrogantes sobre sus implicaciones éticas y sociales, reflejando los retos de las revoluciones industriales pasadas.
La Estrategia de Inteligencia Artificial 2024 busca acelerar y acompañar este proceso, enfocándose en fortalecer las capacidades tecnológicas y promover una IA transparente y ética. Se destaca la importancia de la colaboración público-privada y el consenso social en el diseño de políticas que maximicen los beneficios de la IA, al tiempo que se salvaguardan los derechos fundamentales y se garantiza la seguridad tecnológica.