Este informe identifica la necesidad de un nuevo contrato psicológico entre empresa y profesionales, basado en un liderazgo más humano, flexible y transparente. Este modelo debe responder a los deseos de las nuevas generaciones, que demandan propósito, bienestar, diversidad, inclusión, conciliación y desarrollo, más allá de la mera compensación económica. La propuesta se articula en torno al “triángulo virtuoso” de flexibilidad, confianza y autonomía, acompañado de un liderazgo #stayhuman que sustituya el control jerárquico por la gestión por resultados y la inspiración colectiva.
Se alerta de retos estructurales como la alta rotación, la emergencia del “turista laboral”, la renuncia silenciosa y la necesidad de retener el conocimiento en entornos de gran movilidad. Asimismo, subraya que las empresas, convertidas en “Glass Box” expuestas a la sociedad, deben alinear propósito y coherencia para atraer y fidelizar talento. La disrupción tecnológica, por su parte, exige potenciar las habilidades más humanas —pensamiento crítico, creatividad, colaboración y comunicación— como factor diferencial frente a la automatización.