Este documento analiza la evolución reciente de la economía internacional y española en un contexto marcado por la persistencia de tipos de interés elevados y por la necesidad de consolidación fiscal.
Se destaca que la economía global mantiene un crecimiento moderado, con la fortaleza de Estados Unidos contrastando con la debilidad europea y la desaceleración de China. En España, aunque el mercado laboral continúa mostrando resiliencia, se observan riesgos a medio plazo ligados al estancamiento de la productividad y a la presión sobre las cuentas públicas.
Se subraya la importancia de coordinar la política monetaria y la fiscal para evitar tensiones en la deuda y asegurar estabilidad financiera. A nivel estructural, insiste en que la consolidación de la deuda y la eficiencia del gasto público serán claves para sostener el crecimiento, al tiempo que advierte de los riesgos derivados de un contexto geopolítico incierto y de la transición energética. En este sentido, la política económica debe orientarse hacia la prudencia, la sostenibilidad y la capacidad de anticipar los cambios globales.