Este informe refleja un incremento significativo en el número de procesos concursales, lo que pone de manifiesto la persistencia de tensiones en el tejido productivo.
La desaceleración económica, la presión de los costes financieros y la debilidad de determinados sectores estratégicos han impulsado este aumento. Aunque algunas ramas de actividad y territorios muestran mayor resiliencia, el balance general apunta a una situación frágil que afecta de manera especial a pymes y sectores con menor capacidad de adaptación.
Más allá del recuento estadístico, se advierte de la necesidad de impulsar medidas preventivas y de acompañamiento empresarial que permitan mitigar los efectos de la insolvencia y evitar la destrucción de tejido productivo. También resalta la importancia de la información temprana para anticipar riesgos y del diseño de marcos regulatorios que favorezcan la reestructuración frente a la liquidación.