El estudio muestra que el crecimiento de la productividad no depende de una difusión gradual de buenas prácticas entre todas las empresas, como suele pensarse, sino de un reducido grupo de compañías que, con movimientos estratégicos audaces, generan verdaderos saltos en el desempeño económico. A partir del análisis de 8.300 grandes firmas en Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, el informe identifica a menos de un centenar de “Standouts” que explican hasta dos tercios del crecimiento de la productividad nacional, frente a un grupo reducido de “Stragglers” que ejercen un efecto arrastre negativo. Estas dinámicas se producen en ráfagas, cuando las empresas logran escalar nuevos modelos de negocio, redefinir su propuesta de valor o reorganizar sus carteras, más que mediante mejoras incrementales de eficiencia.
Se demuestra también que el éxito depende tanto de las acciones internas de las empresas como de la reasignación de recursos hacia las más productivas, ya que los sectores y países que permiten una rápida salida de firmas ineficientes y un crecimiento ágil de las líderes logran avances más sólidos. En este contexto, Estados Unidos destaca por la capacidad de sus mercados para favorecer la innovación, la reestructuración y el crecimiento de las empresas punteras, mientras que Europa tiende a sostener a compañías de bajo desempeño.