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De la desmitificación a la divulgación, pasando por el mundo emprendedor y los ecosistemas. Innovar está en la esencia de la empresa desde siempre. Pero hoy estamos ya en la innovación sobre la innovación, que debe conducirnos a su universalización.

Ya estamos en periodo de desconexión estival despues de un largo semestre, rematado con unas elecciones generales que, como muchos de los acontecimientos que nos toca vivir últimamente, han generado más incertidumbre que tranquilidad, para el futuro.

Si algo estamos aprendiendo en los tiempos que vivimos es que el ser humano tiene una capacidad inaudita para adaptarse al cambio de manera constante, casi diaria y con la ayuda de todo tipo de herramientas tecnológicas. Nuestro alrededor está cambiando y todos somos seres en continua transformación.

Las organizaciones del sector sanitario han soportado, en los últimos años, el desafío de enfrentarse a la situación que le ha planteado la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19. Una crisis que incluyó todas las características de un entorno VUCA, o VICA en castellano, es decir, volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad.

La llegada de la pandemia cambió las reglas del juego y transformó las relaciones laborales hasta el punto de buscar una nueva configuración de los espacios de trabajo que tienden cada vez más hacia lugares colaborativos, espacios vitales y llenos de energía que creen emociones positivas en los empleados.

Es innegable que el paradigma de la educación como lo conocíamos hace 20 años ha cambiado. Nuevas generaciones, nuevas formas de aprender y nuevas formas de enseñar, nuevas formas de relacionarnos con nuestros alumnos y familias, y nuevas necesidades de gestión para poder instrumentalizar todos estos cambios en la dirección correcta.